La llegada del frío puede pasar factura a nuestra piel, especialmente a nuestras manos si no las cuidamos como es debido.

 

Al igual que tenemos una rutina para el cuidado de nuestro rostro, es necesario tener una rutina para el cuidado de nuestras manos y adaptarla con el cambio de estación. Además de higiene e hidratación, nuestras manos también requieren cuidados específicos, más aún con la llegada del frío.

 

Así, del mismo modo que adaptamos los productos que aplicamos en el rostro a nuestras necesidades en verano y en invierno, debemos hacer lo propio con nuestras manos. Pero antes, es importante conocer sus necesidades en esta época del año y adaptarnos a ellas.

 

¿CÓMO AFECTA EL FRÍO A NUESTRAS MANOS?

La bajada en las temperaturas y el contraste entre la temperatura de espacios de interior y exterior, reducen notablemente la hidratación natural de nuestra piel, provocando sequedad, aspereza e incluso la aparición de grietas. A temperaturas más bajas nuestra piel produce menos lípidos, por lo que se reduce su función de barrera y deja de protegernos frente a las agresiones externas.

 

Si la piel está hidratada y equilibrada, es más difícil que los agentes externos nos provoquen daños, pero, si no hidratamos la piel de las manos, es más probable que aparezcan otros problemas como tirantez, irritación, picores y grietas. Cuando estos problemas aparecen porque el frío ya ha hecho estragos no todo está perdido. Las cremas hidratantes ofrecen un alivio instantáneo y duradero para la piel muy seca, tirante y agrietada.

 

Otro factor que pasa factura es el incremento del lavado de manos, aún más frecuente en esta época del año. Sumado al uso de gel hidroalcohólico, hace que las manos se puedan ver aún más afectadas y resecas en invierno.

 

Otro factor a tener en cuenta son los rayos del sol, que también afectan a nuestra piel durante el invierno. Al igual que suelen aparecer manchas en el escote y rostro, las manos también son una de las zonas en las que el sol incide con más fuerza dada su exposición. Por ello, es igual de importante que protejamos nuestras manos del sol con una correcta hidratación y protección solar durante todo el año, no solo en verano.